Hace tres años del levantamiento popular en Siria. Todo empezó en marzo de 2011 con una demanda muy sencilla y muy clara: Libertad y Dignidad contra el régimen totalitario de la familia Asad que gobierna el país con mano de hierro desde hace más de 46 años.
A remolque de las revoluciones en Túnez y Egipto, la ciudad de Deraa, en el sur del país, fue la cuna de la protesta tras el encarcelamiento de un grupo de adolescentes que habían pintado consignas contra el régimen en un muro de la su escuela. Rápidamente se extendió por todo el país al grito de "Fuera, fuera la dictadura de Assad".
La revolución siria entra en su tercer año sin nada que celebrar a excepción del hecho de que la voluntad popular no ha sido doblada por un régimen que hace muchos meses que ha perdido toda legitimidad a ojos de sus ciudadanos.
El régimen de Bachar Al Asad y sus sicarios matan, secuestran, torturan y violan, pero día a día, el pueblo sirio, desde su rica pluralidad étnica y cultural, sigue movilizándose, dispuesto a poner fin a un régimen sanguinario y corrupto.
Lo que comenzó como una revuelta pacífica derivó, debido a la represión del régimen y la falta de apoyo internacional, en un enfrentamiento armado. Actualmente, además, también operan en Siria grupos armados vinculados al terrorismo djihadista que practican todo tipo de brutalidades contra la población civil. Desde aquí toda nuestra solidaridad con Marc Marginedas después de su liberación y nuestro apoyo a Javier Espinosa, Ricardo García Vilanova y sus familiares y amigos ya la exigencia de que se ponga fin a los secuestros a periodistas y cooperantes.
Toda esta situación ha provocado un nivel alarmante de muertes (140.000) y de refugiados y desplazados (alrededor de 6.000.000).
Denunciamos el acuerdo entre las grandes potencias para apoyar (algunos con armas, otros legitimando-como interlocutor) al régimen de Bachar Al Asad, que en Ginebra 2 hizo gala de un gran cinismo. Detrás de este apoyo está la voluntad de mantener la estabilidad en la frontera norte de Israel. Desde Rusia, pasando por Irán y las potencias occidentales se ha hecho todo lo posible para impedir la libre autodeterminación del pueblo sirio. De nada han servido todas las pruebas de la magnitud y gravedad de los abusos contra los derechos humanos que se están cometiendo en el país, la "comunidad internacional" prefiere mirar hacia otro lado mientras la población paga el precio.
Por todo ello, nos comprometemos a seguir al lado del pueblo, darle apoyo en su camino hacia la libertad ya difundir nuestro posicionamiento solidario contra las matanzas en Siria. Consideramos que ahora más que nunca se necesita la ayuda de las organizaciones sociales y los grupos políticos que creen en la libertad y la dignidad de los pueblos en su lucha contra los regímenes totalitarios, para acompañar al pueblo de Siria a construir una nueva sociedad basada en la libre autodeterminación. Construir un país donde los derechos humanos se respeten para todos, las minorías sean protegidas y se garantice la justicia social.
Las organizaciones que convocamos esta manifestación expresamos firmemente nuestra solidaridad con el pueblo de Siria y nuestra angustia ante el sufrimiento y el dolor de las víctimas inocentes de esta espiral de violencia. Y queremos reafirmar nuestro compromiso para contribuir a una nueva Siria, fundamentada en el respeto a los derechos humanos, la libertad, la tolerancia religiosa y donde haya espacio para todos.
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