Aspectos a considerar:
- El acceso al agua es un derecho humano básico y universal, reconocido por las Naciones Unidas. Pero no es un derecho cualquiera, porque la posibilidad de su ejercicio, junto con el del derecho a la alimentación, condiciona el disfrute de otros derechos, incluido el derecho a la vida.
- Así pues, el agua es un bien común indispensable para la vida; no debe ser considerado como un bien económico, sujeto a las reglas del mercado, al menos cuando se destina a satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos. Creemos que la mercantilización de los servicios de abastecimiento y saneamiento no es el camino adecuado para garantizar un acceso equitativo, especialmente para las poblaciones de mayores carencias.
- Por tanto, la gestión y el control deben permanecer en el ámbito público, social, comunitario, participativo, con equidad y sin ánimo de lucro. Es obligación de todas las instituciones públicas locales, nacionales e internacionales garantizar estas condiciones desde la planificación hasta el control final de proceso.
- Sin embargo, es necesaria una gestión sostenible de los ecosistemas mediante el ordenamiento territorial y la conservación de los ambientes naturales.
- Las cuencas hidrográficas son unidades básicas a nivel ecológico, social y cultural. De la misma manera que son un factor de identidad y unión comunitaria, todo tipo de actuación que se haga en sus aguas, públicas, repercute en toda su cuenca.
- Debemos garantizar el mantenimiento de los ecosistemas acuáticos para las generaciones futuras. Por ello, en el actual modelo de desarrollo donde se da una sobreexplotación de los recursos naturales, hay que apostar por un uso local y racional del agua.
denunciamos
- La crisis hídrica provocada en nuestros ecosistemas en nombre de un malentendido progreso, ha provocado que actualmente que más de 1.100 millones de personas no tengan garantizado el acceso al agua potable y más de 2.600 millones de personas no tienen acceso a sistemas de saneamiento básico. Esta crisis se refleja tanto en las zonas urbanas y rurales como en los ecosistemas acuáticos.
- La falta de compromisos firmes por parte de las administraciones públicas para resolver el no acceso al agua y la falta de saneamiento en todo el planeta, tanto a nivel de los organismos multilaterales como de las diferentes agencias estatales de desarrollo.
- La crisis hídrica en la que nos enfrentamos como consecuencia de la degradación de la calidad del agua.
- Que las instituciones financieras internacionales y las agencias de cooperación de los países donantes no apuesten por los modelos públicos, y que incluso estén condicionando la inversión a la participación de un sector privado con ánimo de lucro que, entre otras cosas, difícilmente operará en las áreas de menor índice de cobertura en agua y saneamiento ya que son poco rentables.
Nos comprometemos a
- Educar y sensibilizar para valorar la salud de nuestros ecosistemas acuáticos, como elemento de unidad social y ambiental.
- Promover la gestión pública del agua, con participación y el control social en nuestras comarcas, pueblos y ciudades.
- A hacer llegar este manifiesto a nuestros administraciones públicas, asociaciones y los ciudadanos.
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