Carta abierta al presidente Mas

Apreciado Presidente Mas,

Día a día vemos, con consternación, como el Gobierno que usted preside está dispuesto a hacer pagar las consecuencias de la crisis a aquellos que menos tienen, y que menos responsabilidad han tenido en sus causas. A los recortes en aspectos tan vitales para una sociedad como la sanidad, la educación o el bienestar social, se suman - y con creces - los recortes en cooperación al desarrollo y ámbitos como el de defensa de derechos humanos y la paz. El Gobierno corta de raíz la contribución de la sociedad catalana a la construcción de un mundo más solidario y justo, al pasar en dos años de dedicar 49 millones de euros a cooperación, a reservar solo 9,5
millones de euros, que parece que serán los que finalmente se destinarán este año, un recorte del 83% sin comparación con el resto de departamentos y políticas públicas del Gobierno.

La cooperación al desarrollo, la educación en valores, y la defensa de los derechos humanos y la paz no sólo están al final de la cola de las prioridades de su Gobierno a la hora de hacer los presupuestos, sino también a la hora de cumplir con los compromisos.

Los continuos impagos en que la Generalitat, a través de la Agencia Catalana de Cooperación y de la Subdireccion General de Memoria y Paz (antes Oficina por la Paz y por la promoción de los Derechos Humanos) está incurriendo, se suman a los impagos de otros departamentos con la totalidad de entidades del tercer sector, llegando a acumular una deuda de 700 millones de euros con entidades sociales.

Como bien sabe, la ACCD ha comprometido a lo largo de los últimos años a financiar proyectos de cooperación y educación para el desarrollo a través de convocatorias de subvenciones dirigidas a entidades sin ánimo de lucro. A través de estas convocatorias se han firmado convenios para financiar programas y proyectos de numerosas entidades, que han contado con estos recursos para sacar adelante iniciativas para atender emergencias, procesos de desarrollo en países empobrecidos, y de educación en valores en nuestro país.

Tras las informaciones parciales y contradictorias emitidas desde la Dirección General de Cooperación y Acción Humanitaria, y desde la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, en relación a los constantes retrasos en el pago de los compromisos adquiridos con numerosas ONG catalanas, parece ser que el Gobierno está decidido a no priorizar el cumplimiento de estos compromisos, postergándolos sine die. Por otra parte, tampoco disponemos de información de cuándo o si se piensa proceder a los pagos pendientes desde 2009 de la extinta oficina de Paz y Derechos Humanos.

Este impago por parte del Gobierno que usted preside, cercano a los 18 millones de euros, está ahogando a las entidades que tienen que hacer frente, por otra parte, a la disminución de ingresos tanto públicos como privados. Se trata de entidades que trabajan para combatir la desigualdad en el mundo y en nuestro país, hacen tareas de sensibilización y educación en valores, analizan las causas de la pobreza y proponen alternativas, enriqueciendo así la contribución de Cataluña en la construcción de un mundo más equitativo, en paz y sostenible y siendo la cara más extendida y la que mejor imagen brinda a la relaciones internacionales de nuestro país.

Los problemas de liquidez que tienen muchas entidades a causa de la deuda impagada por la Generalitat de Cataluña, están teniendo impactos en los proyectos de cooperación en varios países empobrecidos, así como en acciones de educación para el desarrollo e incidencia pública y política en Cataluña. Los incumplimientos de los convenios firmados por la ACCD y por la Oficina de Paz y Derechos Humanos están llevando a las entidades de solidaridad y cooperación de Cataluña a una situación de colapso técnico y económico, poniendo en peligro la sostenibilidad de las ONGD catalanas, lo que nos obliga a pensar que este puede ser, precisamente, uno de los objetivos de su Gobierno: desestructurar y ahogar el rico tejido asociativo del país, que tanto ha contruibuido a luchar por la justicia social.

Mientras, la Generalitat de Cataluña no duda en renunciar al impuesto de sucesiones para las rentas más altas o a priorizar los pagos de otros acreedores, de intereses bancarios y el retorno de la deuda a bancos e inversores, antes de cumplir con los compromisos con los proyectos de cooperación que atienden emergencias, o promueven el desarrollo, la construcción de paz, a la defensa de los derechos humanos o la educación en valores. Tampoco duda en destinar cantidades equivalentes a la deuda con las entidades, a sectores como el empresarial. Sin ir más lejos hace unos meses se estableció un fondo de 10 millones de euros para empresas que quieran salir al mercado alternativo bursátil. Es decir, hay dinero para la especulación pero no para la cooperación. Nos preguntamos también si la falta de líquidez afecta, por ejemplo, al pago de licencias para software informático Microsoft, que el año 2012 ascenderá a 23 millones de euros. O los 35 millones de euros asignados al Circuito de Carreras Automovilísticas de Catalunya (Circuit de Catalunya).

Ante esta situación desde la Confederación Catalana de ONG por la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo, reclamamos que paguen de forma inmediata las deudas con las ONG que trabajan por la paz, los derechos humanos y el desarrollo, priorizando así el bienestar de las personas, aquí y en los países del Sur con quien somos solidarios, frente a los intereses de otros actores. Pedimos que paguen directamentem o a través de mecanismos de crédito del Institut Català de Finances (ICF) a la ACCD.

Presidente Mas, le pedimos que vuelva a situar la cooperación al desarrollo y el trabajo por la paz y los derechos humanos, junto con las políticas de sanidad, educación y bienestar social, en el centro de la acción de Gobierno. No podemos permitir que los que no han generado esta crisis paguen las consecuencias, mientras los principales responsables, encabezados por banqueros y especuladores, reciben recompensas en forma de intereses e inversiones.

Finalmente, ante la ruptura de los compromisos adquiridos con las entidades sociales, un incumplimiento que está poniendo en peligro la sostenibilidad del rico tejido asociativo del país, reclamamos la asunción de responsabilidades políticas y, en caso de que no se cumplan los compromisos adquiridos inmediatamente, la dimisión o cese de las personas responsables de los impagos y del desmantelamiento de la política pública de cooperación al desarrollo, derechos humanos y paz del Gobierno de la Generalitat, medidas que están poniendo en riesgo uno de los valores más preciados de nuestro país: la solidaridad.

Atentamente,

Confederació Catalana d'ONG

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