El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta nació como respuesta a las devastadoras guerras que habían asolado el mundo a lo largo de la primera mitad del siglo XX.
Se trataba pues del primer instrumento universal que reconocía los derechos inherentes a la persona humana sin distinción de raza, color, sexo, lengua, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición; y que los asentaba en el principio de la dignidad humana como el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo.
A lo largo de estos 60 años, la Declaración ha ejercido una importante influencia a nivel moral, político e incluso jurídico, pero no podemos ignorar que esta fue aprobada mediante resolución que comprometía pero no obligaba a los Estados miembros a asegurar, en cooperación con la ONU, el respeto universal y efectivo de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
También, a lo largo de estos 60 años, se ha desplegado un amplio abanico de tratados internacionales de protección de los derechos humanos, los mecanismos de garantía de los cuales, desgraciadamente, tampoco han conseguido fer4los efectivos para todos y en todas partes.
La Federación Catalana de ONG por los Derechos Humanos y todo se las entidades firmantes, manifestamos nuestra seria preocupación por la falta de una aplicación comprometida de los instrumentos de protección de los derechos humanos por parte de los estados, p or la necesidad de impulsar definitivamente el principio de justicia universal, por la falta de vuelo untado de los gobiernos a la hora de instaurar un verdadero orden democrático internacional así como p or la situación profundamente injusta que sufren muchas personas y pueblos en todo el mundo.
Desafortunadamente, en Cataluña encontramos también numerosos ejemplos de incumplimiento de los derechos humanos: casos de tortura, violencia de género, pobreza, falta de protección de los niños y las personas mayores, discriminación racial, sexual, o social, dificultades para obtener el asilo o acceder a la vivienda o falta de respeto por los derechos lingüísticos, entre otros.
Estas y muchas otras problemáticas ejemplifican el por qué de la lucha por los derechos humanos que numerosas personas y organizaciones llevamos a cabo cotidianamente en nuestro país. Personas y organizaciones que hemos hecho nuestra la frase "tus derechos son mis deberes; tus deberes son mis derechos ", y que hemos descubierto la verdadera esencia de la Declaración: los deberes que se desprenden del ejercicio de los derechos.
La conciencia del deber se encuentra en la base de la lucha por los derechos humanos. De la misma manera que los derechos humanos son papel mojado si no cuentan con una protección efectiva y permanente, el deberes sólo pueden exercir4se con una implantación real de la educación para los derechos humanos en todos los niveles educativos. Esta debe ser la herramienta que permita desvelar conciencias, responsabilizar a las personas de sus acciones y dotar4les los instrumentos necesarios y efectivos para la lucha en favor de los derechos humanos.
Es por ello que la FCONGDH y las entidades abajo firmantes exigimos a las instituciones públicas el cumplimiento de su deber como garantes de los derechos humanos y la aplicación de todos los instrumentos jurídicos para su promoción y defensa. Así como instamos al sector privado a actuar de acuerdo con los valores propios de los derechos humanos, a la vez que invitamos a la ciudadanía a conocerlos y defenderlos.
Porque 60 año son demasiado, porque con 60 años no he m tenido suficiente. "Son tus son de todas, conoce los mismos, defiéndelos".
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