Basta excusas por las muertes en el mar: hagan política, salvad vidas!

Ante la cumbre extraordinaria del 23 de abril de 2015 de la UE, la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REMDH) hace un llamamiento a los 28 jefes de Estado y de Gobierno para que reconsideren urgentemente el paquete de medidas para hacer frente a la crisis humanitaria en el Mediterráneo. La REMDH exhorta a los líderes de la UE a ampliar su enfoque, más allá de la vigilancia y el control de las fronteras, hacia una verdadera perspectiva basada en los derechos humanos -centrada con la protección de los migrantes y los refugiados.

En un contexto mortal de una magnitud impresionante, la REMDH lamenta profundamente que el plan de 10 puntos apoyado por el Joint Foreign and Home Affairs Council no haga más que traducir la tozudez de la UE para hacer frente a los retos de la migración a través del prisma de la seguridad más estricta y del control fronterizo. La negativa de la UE a reconocer la raíz de los flujos migratorios es particularmente preocupante, dado que el plan propuesto es una mera réplica del plan inadecuado implementado a raíz del naufragio de Lampedusa en octubre de 2013.

La REMDH pide a los miembros del Consejo de la UE a aprovechar la oportunidad de esta cumbre de emergencia para reaccionar ante una crisis de una magnitud sin precedentes, ofreciendo una respuesta igualmente sin precedentes para hacer frente a los cambios de la migración . A medida que el mar Mediterráneo se está convirtiendo en la fosa más mortífera para los migrantes y los refugiados, es urgente que los líderes europeos se dediquen a reformular políticas, en línea con los principios de la UE, en lugar de impulsar las mismas medidas que han convertido el Mediterráneo en un cementerio para miles de personas de inocentes.

Desde principios de 2015, más de 1.500 personas han muerto o desaparecido en el Mediterráneo. Estas estimaciones están probablemente por debajo de las cifras reales y se suman al triste número de 3200 personas que perdieron la vida en el mar en 2014 (según la OIM). Estas tragedias no son nuevas, pero cada vez crecen más. Durante los últimos quince años, la REMDH, junto con otras organizaciones de la sociedad civil, han expresado constantemente su preocupación sobre la base de pruebas documentadas: las políticas migratorias de la UE tienen un impacto muy negativo en los derechos de los migrantes y los refugiados .

En este contexto, la REMDH pide que desde la UE se lleven adelante los siguientes compromisos:

- Impulsar mecanismos sólidos de Búsqueda y Rescate (SAR, por sus siglas en inglés), en lugar de reforzar las capacidades de Frontex. Frontex no es una agencia del SAR. La UE debería priorizar urgentemente las tareas de búsqueda y salvamento por encima de la vigilancia, y proporcionar apoyo financiero y técnico a las autoridades competentes del SAR en todos los países de la UE afectados.

- Abrir vías legales a todos los migrantes y detener las políticas de visado de corta duración, asegurándose de que los refugiados tengan acceso al territorio europeo, donde cada situación pueda ser evaluada. La REMDH insiste en que los contrabandistas no son la causa sino la consecuencia de la imposibilidad de acceder a territorio de la UE por parte de los migrantes y los refugiados. Se les niega el derecho a salir del país -incluido el propio- de una manera segura y no les queda más remedio que utilizar la ruta del Mediterráneo. Por tanto, los líderes de la UE deben reconocer que la vulnerabilidad de los migrantes y de los refugiados a los abusos, trato inhumano y degradante en su camino hacia Europa es el resultado directo de decisiones políticas tomadas.

- Ofrecer respuestas inmediatas para afrontar las necesidades de reasentamiento de refugiados que huyen de conflictos en la región sur y el este del Mediterráneo y del África subsahariana, a fin de cumplir con el compromiso de reasentamiento realizado en las conferencias de ACNUR ; en particular con respecto a la crisis siria. El proyecto piloto propuesto por la UE es insuficiente.

- Dejar de condicionar la movilidad de las personas de terceros países por la UE, con la excusa de no tener acuerdos con el país de origen.

- Dejar de asociar la migración con una amenaza a la seguridad que alimenta políticas discriminatorias, impidiendo que la gente se mueva libremente, allanando el camino al mal trato de personas y contradiciendo el derecho internacional. Hasta ahora, muchos terceros países penalizan la emigración no autorizada, violando así el derecho a salir de cualquier país, que tiene una fuerza vinculante en el derecho internacional. La UE debe dejar de usar su cooperación exterior -incluyendo los oficiales de enlace de inmigración- como medio para reforzar los controles fronterizos.

Mientras se suceden estas muertes evitables, la REMDH reitera que en última instancia hacer frente a los desafíos migratorios corresponde a los que pueden tomar decisiones de la UE, por el bien de los hombres, mujeres y niños que prueban suerte jugándose la vida en el Mediterráneo.