Plan de Derechos Humanos de Cataluña
Autoría: Estructura de Derechos Humanos de Catalunya (dirección)
Extensión: 196
Editorial: Estructura de Drets Humans de Catalunya
Fecha publicación: Enero 2019
La Estructura de Derechos Humanos de Cataluña, formada por el Síndic de Greuges y el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña, presenta en este documento el primer Plan de derechos humanos de Cataluña. Cataluña ha contado, desde la restauración de la democracia, con políticas públicas de derechos humanos y medidas más o menos dispersas tendentes a alcanzarlos, pero no es hasta ahora que se presenta un plan nacional con medidas sistematizadas dirigidas a alcanzar el disfrute más alto de derechos humanos y libertades fundamentales en nuestro país.
El Plan quiere ser un instrumento de planificación de políticas públicas y establece una serie de acciones concretas y mesurables que se deberían de aplicar entre 2020 y en 2023, con el fin de mejorar la promoción y la protección de los derechos humanos en nuestro territorio. Se identifican los actores que tienen incidencia en materia de derechos humanos, sus funciones y sus deberes. Por una parte, los titulares de derechos (todas las personas que habitan y pueden llegar a habitar nuestro territorio); por otra, los titulares de responsabilidades (esas mismas personas, que, además de tener derechos, también tienen deberes, incluyendo las familias, las empresas, las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos, las iglesias, las escuelas, etc.) y, por último, los titulares de obligaciones (las diversas Administraciones públicas y el propio Parlamento).
Este plan no habría sido posible sin una participación intensa de la sociedad civil. En el diagnóstico del estado de los derechos, en la elaboración de los informes de cada uno de los derechos y en las ágoras de debate, la sociedad civil ha creído que los valores inherentes a los derechos humanos son una herramienta indispensable para gestionar la convivencia social. Así, trabajando desde el rigor, con la participación de personas y entidades expertas en materia de derechos humanos, y realizando una diagnosis de las fortalezas, las debilidades y las carencias en estos ámbitos, el Plan innova para adaptar las realidades de los derechos humanos a las necesidades del siglo XXI.
Teniendo en cuenta el contexto de regresiones en materia de derechos humanos que sufren las sociedades occidentales, incluyendo la compleja y contradictoria situación de derechos fundamentales en Cataluña, con representantes políticos y sociales en prisión, se podría poner en cuestión si este es el momento de impulsar un plan nacional de derechos humanos. Consideramos que, precisamente por todo ello, ahora más que nunca es el momento. El momento para reivindicar las luchas de generaciones anteriores, el momento de revertir el menosprecio de algunos grupos sociales, el momento de defender una concepción mestiza y feminista de los derechos humanos que nos permita concebirlos como un instrumento de emancipación y de transformación social. En suma, el momento de dejar de hacer políticas con los derechos humanos y pasar a hacer políticas de derechos humanos.